This site uses cookies.
Some of these cookies are essential to the operation of the site,
while others help to improve your experience by providing insights into how the site is being used.
For more information, please see the ProZ.com privacy policy.
This person has a SecurePRO™ card. Because this person is not a ProZ.com Plus subscriber, to view his or her SecurePRO™ card you must be a ProZ.com Business member or Plus subscriber.
Verbindungen zu Auftraggebern
This person is not affiliated with any business or Blue Board record at ProZ.com.
Englisch > Spanisch: ACNUR proporciona asistencia a 25.000 personas desplazadas en Sudán del Sur
Ausgangstext - Englisch UNHCR delivers relief to 25,000 displaced people in South Sudan
MARIDI, SOUTH SUDAN, Aug 14 (UNHCR) – The UN refugee agency has completed distribution of emergency relief items to an estimated 25,000 internally displaced people (IDP), many of whom lost almost everything they had in recent violence, in South Sudan's Western Equatoria state.
The aid operation is targeting nearly 5,000 vulnerable families who were driven from their homes in Maridi town in early June when conflict between cattle keepers and farmers triggered ethnic violence, in which at least 14 people were killed and much property was destroyed.
According to a recent assessment, more than 35,000 South Sudanese people were forced to flee Maridi. In addition, 196 houses were burnt and the town market entirely looted.
One of the people who lost his home was Bernard, 50. He is blind and now lives now under a mango tree in the bush some 15 km east of Maridi.
He told UNHCR staff that he ran for his life with the help of his wife and son who guided him through the bush for several hours. The one thing that he managed to take with him upon fleeing was a pan. His life, he said, has become miserable.
"I used to have a roof over my head and eat three meals a day. Now I live in the open and I cannot afford more than one meal a day at best," he said.
Reportedly, some 25,000 people have found safety within Maridi county, while another 10,000 have sought refuge in neighbouring Ibba county.
The violence has also forced 150 Sudanese refugees to leave their homes in Maridi town and seek safety in Makpandu, a camp 100 km east of the conflict hot spot and already sheltering some 3,000 refugees from the Democratic Republic of the Congo and Central African Republic.
Frezer, also 50, lost his son Alex in the violence. He was shot dead upon returning from school. Alex, 26, was with his younger brother James, when he was killed.
"When the shooting started, we ran out of the classroom and rushed home," Jame said. "We bumped into two soldiers. They ordered us to sit down. As we sat on the ground, they put a bullet in my brother's head for no reason. Then, the same soldier turned his gun on me and pulled the trigger, but he had no more bullets."
UNHCR joined efforts with state and local authorities as well as partners Action Africa, Help International, and World Vision International to coordinate this response.
Five temporary distribution centres were established in the two counties to cover nine displacement sites: Mudubai, Muku, Nagbaka, Mboroko and Rastigi in Maridi county as well as Rubu, Manikara, Ibba town and Madebe in Ibba county.
The distribution reached out to approximately 4,100 families in Maridi county and another 900 in Ibba county. Amongst the items being handed out to the displaced were sleeping mats, blankets, plastic sheets, mosquito nets, soap bars, buckets, jerry cans and women's underwear.
"This is just a drop in the ocean compared to the needs of the affected population", said Ahmed Warsame, UNHCR Representative in South Sudan. "I wish we could support everybody and give everybody more, but our resources are limited."
It is crucial, Warsame added: "that other humanitarian agencies pay closer attention to the particular needs of these communities, based on their specific mandate."
During focus group discussions, displaced South Sudanese told UNHCR that they needed shelters, food and education for their children and farm tools. Most IDPs are currently living in the bush in makeshift shelters or under trees. Although local authorities have urged them to return to Maridi claiming improved security, many IDPs said that they do not feel it is safe to go back home. Those who lost their shelters and family members told UNHCR that they have no reasons to return home.
"We appreciate the efforts made by the authorities to re-establish security and public services in Maridi", said Warsame. "We hope peace will return soon to Western Equatoria and South Sudan as a whole."
A total of 1.6 million people have been internally displaced in South Sudan since December 2013. The country is also a host to more than 265,000 refugees from mainly Sudan's South Korfodan and Blue Nile. UNHCR is the lead humanitarian agency responding to IDPs needs for protection and works with South Sudanese authorities and partners to protect and assist asylum seekers and refugees.
By Rocco Nuri in Maridi
Übersetzung - Spanisch ACNUR proporciona asistencia a 25.000 personas desplazadas en Sudán del Sur
MARIDI, SUDÁN DEL SUR, 14 de agosto (ACNUR) - La agencia de la ONU para los refugiados ha concluido la distribución de artículos de primera necesidad a unas 25.000 personas desplazadas internamente en Sudán del Sur, muchas de las cuales perdieron casi todo lo que tenían en los recientes actos de violencia ocurridos en el estado de Equatoria Occidental.
La operación tiene como objetivo ayudar a cerca de 5.000 familias vulnerables que se vieron obligadas a abandonar sus hogares en la ciudad de Maridi a principios de junio, cuando el conflicto entre campesinos y ganaderos desencadenó la violencia étnica, en la que al menos 14 personas resultaron muertas y muchas propiedades fueron destruidas.
Según una evaluación reciente, más de 35.000 personas de Sudán del Sur se vieron obligadas a huir de Maridi. Además, se quemaron 196 casas y el mercado de la ciudad fue totalmente saqueado.
Una de las personas que perdió su hogar es Bernard, de 50 años. Es ciego y ahora vive bajo un árbol de mango en el monte, a unos 15 km al este de Maridi.
Dijo al personal de ACNUR que huyó para salvar su vida con la ayuda de su esposa e hijo, quienes lo guiaron a través de la selva durante varias horas. Lo único que consiguió llevarse en su huida fue una sartén. Su vida, dijo, se ha vuelto miserable.
“Solía tener un techo donde vivir y comía tres veces al día. Ahora vivo en la intemperie y no me puedo permitir más de una comida al día en el mejor de los casos”.
Según se informa, unas 25.000 personas han encontrado un lugar seguro en el condado de Maridi, mientras que otras 10.000 han buscado refugio en el condado vecino de Ibba.
La violencia también ha obligado a 150 refugiados sudaneses a abandonar sus hogares en la ciudad de Maridi y a buscar protección en Makpandu, un campamento situado a 100 km al este del foco de tensión del conflicto, que ya alberga a unos 3.000 refugiados de la República Democrática del Congo y de la República Centroafricana.
Frezer, también de 50 años, perdió a su hijo Alex en los actos de violencia. Fue muerto a tiros al regresar de la escuela. Alex, de 26 años, estaba con su hermano menor James cuando fue asesinado.
“Cuando empezó el tiroteo huimos de la escuela y nos fuimos corriendo a casa”, dijo James. “Nos topamos con dos soldados. Nos ordenaron que nos sentáramos. Mientras nos sentábamos en el suelo, y sin motivo aparente, dispararon a la cabeza de mi hermano. Luego, el mismo soldado volvió su arma contra mí y apretó el gatillo, pero ya no tenía más balas”.
ACNUR aunó esfuerzos con las autoridades estatales y locales, así como con las ONG socias Africa Action, Help International y Visión Mundial para coordinar esta respuesta.
Se establecieron cinco centros de distribución provisionales en los dos condados para cubrir nueve campamentos de desplazados: Mudubai, Muku, Nagbaka, Mboroko y Rastigi en el condado de Maridi así como Rubu, Manikara, ciudad Ibba y Madebe en el condado de Ibba.
La distribución se extendió aproximadamente a 4.100 familias en el condado de Maridi y a otras 900 en el condado de Ibba. Entre los artículos repartidos a los desplazados se encuentran colchonetas, mantas, lonas de plástico, mosquiteras, pastillas de jabón, cubos, bidones y ropa interior femenina.
“Esto es sólo una gota en el océano en comparación con las necesidades de la población afectada”, dijo Ahmed Warsame, Representante del ACNUR en Sudán del Sur. “Desearía que pudiéramos ofrecer apoyo a todo el mundo y poder dar más, pero nuestros recursos son limitados”.
Warsame ha añadido: “Es crucial que otros organismos humanitarios presten más atención a las necesidades particulares de estas comunidades, basándose en su mandato específico”.
Durante las reuniones de los grupos de debate, los desplazados de Sudán del Sur dijeron a ACNUR que necesitaban refugio, alimentos y educación para sus hijos, además de herramientas agrícolas. La mayoría de los desplazados internos viven actualmente en el monte, bajo los árboles, o en refugios improvisados. Aunque las autoridades locales les han instado a que regresen a Maridi, alegando mayor seguridad, muchos desplazados internos dijeron que no se sienten seguros volviendo a casa. Aquellos que perdieron sus viviendas y a miembros de sus familias, dijeron a ACNUR que no tienen motivos para regresar a casa.
“Apreciamos los esfuerzos realizados por las autoridades para restablecer la seguridad y los servicios públicos en Maridi”, dijo Warsame. “Esperamos que la paz vuelva pronto para Equatoria Occidental y Sudán del Sur en su conjunto”.
Un total de 1,6 millones de personas se han desplazado internamente en Sudán del Sur desde diciembre de 2013. El país también alberga a más de 265.000 refugiados procedentes principalmente de Kordofán del Sur y Nilo Azul, en Sudán. El ACNUR es la principal agencia humanitaria que responde a las necesidades de protección de los desplazados internos y trabaja con las autoridades y los socios de Sudán del Sur para proteger y ayudar a los refugiados y a los solicitantes de asilo.
Por Rocco Nuri en Maridi, Sudán del Sur.
Englisch > Spanisch: Arabia Saudita: Donde te disparan y te condenan por eso
Ausgangstext - Englisch Saudi Arabia – Where You're Shot and Sentenced for it
Posted 22 September 2013 9:33 GMT
The Saudi Criminal Court issued its sentences against four Qatifi young men with sentences ranging from 16 months to four years. One man, Jalal Al-Qattan, who was shot in the stomach by security forces during a protest, and was on the run to avoid arrest, was sentenced to three years. The trial, on Tuesday (September 17), was the fourth and last session in a saga, that stretches back to a protest which happened on the evening of July 8, 2012.
On that night, Al-Qattan was among many youth who participated in a protest against the arrest of Shiite cleric Sheikh Nimer Al-Nimer. Two people were martyred that night (Sayyed Akbar Al-Shakhouri and Sayyed Mohammed Al-Felfel), and Jalal Al-Qattan was shot in the stomach. He was taken to a house in Awwamiya, where some tried to stop the bleeding. Someone called Jalal's brother, Ali, who came and took Jalal to their house. Jalal's family tried to persuade him to take him to a hospital, but he refused fearing arrest. Two activists of the 23 “wanted persons” – one is Morsi Al-Rebh who was shot and killed in Awwamiya last June- were following Jalal's situation and tried to get him medical help. They got a nurse, but she told them his condition was critical and he needed surgery. One of the activists offered to find a surgeon, but he did not find any so they brought another nurse who repeated the same advice. The family, again, tried to convince Jalal to get treatment in a hospital, but he refused. So his uncle suggested they take him out of the country. The next day, Jalal Al-Qattan, his brother Ali, his uncle Mohammed Al-Mislab and his brother-in-law Hussain Al-Areef were arrested at the Khafji port on their way to Kuwait.
Some of the charges against them were: breaking allegiance to the ruler, not reporting other protestors, not reporting the two wanted persons who took Jalal to a safe house for medical assistance, not reporting nurses who tried to aid Jalal outside the assigned place for medical treatment, Jalal was also charged with impiety to his parents because the defendant put himself in danger by refusing to go to a hospital. Jalal and his uncle were convicted of all of the charges made against them and Jalal was sentenced to three years in prison and a three-year travel ban afterwards, while his uncle was sentenced to four years and a four-year travel ban. Jalal's brother, Ali, was sentenced to two years in prison and a two-year travel ban. Al-Areef was only convicted of trying to “smuggle” his brother-in-law out of the country instead of reporting him to authorities. He was sentenced to 16 months in jail and a 16-month travel ban.
Twitter users commented on the verdicts:
"In Qatif, we have many Jalal Al-Qattans who didn't go to hospitals fearing arrest and Jalal's fate. Some avoided prison only to become disabled".
"Today was the trial of Jalal Al-Qattan who was shot by security forces. Strange! They shoot him, then sentence him to three years".
"In the kingdom of humanity, treating the injured is a crime punished by law even if the injured was a close relative".
Written by Hadeel Mohammed
Übersetzung - Spanisch Arabia Saudita: Donde te disparan y te condenan por eso
Traducción publicada el 1 Octubre 2013 8:30 GMT
El Juzgado Penal saudita condenó [ar] a cuatro jóvenes de Qatif a penas que van desde los 16 meses a los cuatro años de reclusión. A uno de ellos, Jalal Al-Qattan, las fuerzas de seguridad le dispararon en el estómago durante una protesta y se dio a la fuga para evitar el arresto. Lo sentenciaron a tres años. El juicio, celebrado el martes 17 de septiembre, fue la cuarta y última sesión de un periplo que se remonta a una protesta en la noche del 8 de julio de 2012.
Esa noche, Al-Qattan estaba entre otros jóvenes que participaron en una manifestación contra la detención del clérigo chiita Sheikh Nimer Al-Nimer [en]. Dos personas murieron [ar] esa noche (Sayyed Akbar Al-Shakhouri [ar] y Sayyed Mohammed Al-Felfel) y Jalal Al-Qattan recibió un disparo en el estómago. Lo llevaron a una casa en Awwamiya, donde trataron de detenerle la hemorragia. Alguien llamó a Ali, hermano de Jalal, quien vino y se lo llevó a casa.
La familia de Jalal intentó convencerle para llevarlo a un hospital, pero él se negó por temor a ser arrestado. Dos activistas de los 23 buscados -uno es Morsi Al-Rebh, a quien dispararon y mataron en Awwamiya el pasado mes de junio- siguieron la situación de Jalal e intentaron conseguirle ayuda médica. Consiguieron a una enfermera, pero les advirtió que su estado era crítico y que necesitaría una operación. Uno de los activistas se ofreció a buscar un cirujano, pero no encontró ninguno así que trajeron a otra enfermera quien repitió el mismo consejo. La familia, una vez más, intentó convencer a Jalal para que recibiera tratamiento en un hospital, pero se negó. Así que su tío sugirió sacarlo del país. Al día siguiente, Jalal Al-Qattan, su hermano Ali, su tío Mohammed Al-Mislab y su cuñado Hussain Al-Areef fueron detenidos en el puerto de Khafji de camino a Kuwait.
Algunas de las imputaciones fueron: ir en contra del gobierno, no delatar a los otros manifestantes ni a las dos personas buscadas que llevaron a Jalal a un lugar seguro para la asistencia médica y no dar parte de las enfermeras que intentaron ayudar a Jalal fuera del lugar asignado para recibir tratamiento médico. Jalal también fue acusado de irreverencia hacia sus padres porque se puso a si mismo en peligro al negarse a ir a un hospital. Jalal y su tío fueron declarados culpables de todas las acusaciones. Jalal fue condenado a tres años de prisión y a la prohibición de abandonar el país durante los tres años siguientes, mientras que su tío fue condenado a cuatro años de prisión y a la prohibición de salir del país durante cuatro años. Ali, hermano de Jalal, fue condenado a dos años de prisión y la prohibición de salir del país durante dos años. Al-Areef solo fue condenado a 16 meses de cárcel y a la prohibición de salir del país durante 16 meses por intentar sacar clandestinamente del país a su cuñado en lugar de entregarlo a las autoridades.
Los usuarios de Twitter opinaron acerca de los veredictos:
"En Qatif, tenemos muchos Jalal Al-Qattans que no acuden a los hospitales por temor al arresto y a compartir su destino. Algunos que evitan prisión terminan por quedar discapacitados".
"Hoy ha sido el juicio de Jalal Al-Qattan, a quien las fuerzas de seguridad dispararon. ¡Qué extraño! Ellos le disparan y luego lo condenan a tres años".
"En el Reino de la humanidad, tratar a los heridos es un delito castigado por la ley, aunque el herido sea un pariente cercano".
Escrito por Hadeel Mohammed
More
Less
Übersetzerische Ausbildung
Master's degree - UNED
Erfahrung
Übersetzungserfahrung in Jahren: 11. Angemeldet bei ProZ.com seit: Jul 2013.
Across, Microsoft Excel, Microsoft Word, OmegaT, Powerpoint
Lebenslauf
I define myself as a language enthusiast. I combine my professional activity between teaching English and translating. Thanks to my multidisciplinary educational background, I have managed to achieve a deeper insight about how to teach effectively through communicative tasks designed by myself.